Una vez más la violencia tuvo lugar en los partidos de la Liga del Oeste. Entre las fechas 3, 4 y 5 de la Liguilla se contabilizan 4 partidos con serios incidentes. Hay que poner un freno y replantearse ciertas cuestiones.
La Liga del Oeste siempre se ha destacado por su buen nivel futbolístico, pero más allá de lo que pasa dentro del campo de juego, también está lo que sucede habitualmente del otro lado del alambrado: familias o grupos de amigos que van a la cancha a disfrutar del espectáculo mientras toman mates, los niños que aprovechan la ocasión para jugar y corretear mientras se desarrolla el partido, y el folklore futbolero que tanto nos gusta a los que amamos este deporte.
Lamentablemente, en las fechas más recientes de la Liguilla 2018 se han dado diferentes sucesos a los que no estamos acostumbrados y que obviamente nos alarman de cara al futuro.
En este tercer campeonato de la temporada hubo hechos que, obviamente, no pueden pasarse por alto: el primer altercado se dio en Social (González Moreno) – Huracán F.C. (Carlos Tejedor), siguió en la fecha siguiente con Independiente (González Moreno) – Racing Foot Ball Club (Fortín Olavarría), y este fin de semana se sumó un capítulo doble: Social (Tres Algarrobos) – Fútbol Club Tres Algarrobos y Barrio Norte (América) – Independiente (América).
En el estadio Enrique Cravero, el domingo 30 de septiembre, Huracán F.C. de Carlos Tejedor ganaba 2 – 0 como visitante hasta que a los 34 minutos del segundo Nicolás Ponzio, tras irse expulsado, reaccionó a los gritos de la parcialidad visitante e intentó pasar el alambrado. Hubo incidentes entre las parcialidades, con proyectiles incluídos y automóviles dañados. Sanciones económicas y poco más fueron las medidas que se tomaron.
Una semana después, el domingo 7 de octubre, Racing Foot Ball Club de Fortín Olavarría estaba derrotando 1 – 0 a Independiente de González Moreno como visitante hasta que Nicolás Nicolay (Independiente) y Pablo Platino (Racing Foot Ball Club) fueron expulsados por un encontronazo entre sí. Nicolás Nicolay se retiraba hacia el vestuario, Pablo Platino corrió a buscarlo, y los demás jugadores en vez de separar generaron una batalla campal que terminó con 5 expulsados por lado. ¿Las sanciones? 2 fechas para 8 jugadores (incluyendo a quien/quienes comenzaron con la gresca) y 3 fechas a 2 futbolistas por reincidencia.
Este domingo 14 de octubre volvió a pasar. Estaba en el aire. Se percibía. ¿Por qué? Las sanciones aplicadas previamente no habían sido ejemplificadoras como debieron serlo, y en una etapa de definición el ambiente es mucho más tenso.
Probablemente, si las suspensiones previas hubiesen sido más duras, al momento de reaccionar muchos lo hubieran pensado varias veces.
Claro está que nada justifica ningún acto de violencia, y que la responsabilidad tampoco es de quienes aplican las sanciones, porque no se pueden hacer cargo del comportamiento de quienes ingresan a un campo de juego o asisten a un estadio.
En el clásico de Tres Algarrobos, Fútbol Club se impuso 4 a 3. Pero en este caso hablaremos de otra cosa, más precisamente de lo que ocurrió a los 32 minutos del segundo tiempo: el director técnico Paulo Tabasso reemplazó al lateral derecho Leonardo Coria, quien directamente optó por salir del terreno de juego para posteriormente ir a buscar a algunos hinchas de Fútbol Club que le habían gritado durante el encuentro. El jugador logró pasar hacia el sector visitante por la cancha de fútbol 5 que está en el medio del pulmón que divide a las parcialidades, y así fue como quedó frente a frente con personas que estaban en la parcialidad de los «verdes». Por estos incidentes, el partido tuvo que detenerse por algunos minutos hasta que se logró controlar la situación y la pelota volvió a rodar.
Según pudimos saber, el futbolista en cuestión fue informado por el árbitro del partido.
En simultáneo estaban jugando entre sí Barrio Norte e Independiente de América, en el estadio Hermenegildo Nieto. En la última jugada del partido todo terminó en escándalo: Independiente de América dispuso de un córner en el que el arquero Gabriel Medina fue a cabecear en busca de la victoria, pero el centro fue controlado por el «1» de Barrio Norte. Cuando Edgardo Sánchez se disponía a sacar, Gabriel Medina lo obstruyó para evitar el saque rápido y luego se dispuso a regresar a su arco. En ese momento, Ezequiel Spósito agredió a Gabriel Medina y esa acción generó un tumulto en el que se enfrentaron jugadores y cuerpos técnicos de ambos bandos. Lamentablamente, los disturbios terminaron siendo el centro de un partido entre dos equipos de la misma localidad. Una vez más, la violencia tuvo lugar.
¿Qué pasa? ¡4 actos de violencia en 3 fines de semana consecutivos! Hay que poner un freno. Hay que tomar medidas concretas y acordes a la situación.
Más allá de que las canchas de la Liga del Oeste siempre fueron escenarios de buenos momentos, también hay que ser realistas y no escapar a este presente. La violencia, lamentablemente, ganó lugar dentro y fuera del rectángulo de juego. Habrá que poner estadios en condiciones, reforzar la seguridad y sancionar con firmeza.
Le duele al fútbol. Le duele a los amantes de este deporte. Le duele a los jugadores, a los directores técnicos, a los integrantes de las comisiones directivas y a los hinchas que siguen a sus equipos a todos lados. Nos duele a todos, pero esto debe cambiar. Antes de que sea tarde, habrá que tomar medidas para que ir a la cancha siga siendo una sana costumbre y que un partido de fútbol pueda disfrutarse de principio a fin.