Atlético disfrutó de sus atajadas mientras él cumplía su sueño de lucir la ‘1’ del ‘albirrojo’. A su vez, marcó un antes y un después en la Liga del Oeste con su estilo como arquero. Un mano a mano imperdible con el ‘gato’ Figal.
A sus 47 años sigue atajando, aunque ahora en el fútbol senior, y admite que si deja de jugar siente que le falta algo. Fue campeón con el club del cual es hincha, y también en Giat de Berutti y en Independiente de América.
Además del fútbol, la música es su otra gran pasión en la vida, y lo deja en claro a lo largo de esta charla en la que repasa una carrera deportiva que duró casi 20 años en primera división. Los comienzos, su estilo, su apodo, la relación con Oscar Ustari, y mucho más en una nota espectacular.
Los inicios
‘En primera división atajé 18 años, más o menos. Lo que pasa es que arranqué tarde, porque en mis tiempos uno jugaba en el barrio y recién entraba al club en 6ª división.
Yo hice un año en inferiores, pero la realidad es que me costaba mucho entrenar e ir a jugar porque me dedicaba más a la música. Así que de los 14 a los 18 me dediqué a la música, y en medio de todo iba a jugar para divertirme a la cancha del Hangar. La cuestión es que ahí también iba el ‘Tulo’ Alonso, y en una buena tarde en la que no me pudo meterme ningún gol, me dijo que iba a hablar con ‘Pepe’ Álvarez para llevarme a Atlético y así fue como empecé’.
Resumen de carrera
‘Estuve ese año en la tercera de Atlético. La temporada siguiente me fui a Giat de Berutti con mi hermano Sergio Figal y con Carlos Tresén, y como me gustó la Liga Trenquelauquense me quedé 2 años más en Las Guasquitas. Después ya volví a Atlético y me quedé ahí toda mi carrera, salvo en el 2002 que me fui a préstamo a Independiente’.

Figal y el plantel de Giat de Berutti, donde jugó junto a su hermano Sergio y a Carlos Tresén. Fue su primer año fuera de Atlético.
Para ser arquero…
‘Para ser arquero hay que estar loco y no tenerle miedo a la pelota. De chico vivía a una cuadra de la cancha de Atlético e iba siempre a ver los partidos, y ahí miraba mucho a Hugo Chiattelino y después a Daniel Sosa. Eran arqueros que salían sin miedo, que iban a todas las pelotas decididos y sin importarles los que venían de frente, y los delanteros trataban de esquivarlos (risas).
El apodo
‘Me dicen ‘Gato’ porque así le decían a mi hermano y después me lo pasaron a mí. A veces invento y digo que es porque era arquero y todo eso, pero es mentira (risas). La verdad es que no era un arquero volador, y a veces trataba de no tirarme porque las canchas estaban en mal estado y me golpeaba o me raspaba todo’.
Un arquero moderno
‘A mí me gustaba jugar con los pies, y me gustaba que mis compañeros me incluyeran en el juego colectivo. Si veía que un defensor estaba medio comprometido, yo me acercaba para que pudiera darme la pelota. ‘Pepe’ Álvarez nos inculcaba que había que jugar por abajo, que había que dársela siempre a un compañero, y trataba de cumplir con eso’
El juego con los pies
‘Un día jugando en Fortín Olavarría, con Sergio Carrizo como director técnico, intenté salir jugando y le di la pelota al delantero rival, y fue gol de ellos. Encima, su mensaje era no complicarnos defensivamente, pero no conocía mi estilo. Así que eso me costó estar 20 partidos como suplente, y eso hizo que me costara mucho más volver. Aclaro que con Sergio Carrizo tengo una excelente relación, fue algo que pasó ahí y quedó como una anécdota más.
Su estilo
‘Como arquero trataba siempre de anticiparme a la jugada, de estar siempre un paso adelante para salir rápido. Y a eso le sumaba el juego con los pies. No fui un arquero que se lucía por tirarse de un lado al otro’.
Debut en primera división
‘Los primeros años en primera tenía un susto bárbaro, es la verdad. Cuando me dijeron que iba a ser el arquero titular estaba nervioso porque no quería tener ningún error y que los más grandes me retaran. Después, con el correr del tiempo, me fui soltando y empecé a sentirme más cómodo’.
Entrenamientos
‘Me costaba mucho entrenar porque era todo muy exigente. Era muy duro desde lo físico, te dolía todo el cuerpo después de cada práctica. Hoy en día es mucho más divertido y entretenido, te exigís de la misma manera pero no lo notás tanto por los trabajos específicos para arqueros que hay’.
El retiro y el fútbol senior
‘Dejé de jugar y me faltaba esa adrenalina que uno siente. Yo me había retirado por una lesión, y estuve un año parado hasta que me dio la edad para jugar en el senior. Y ahí nomás retomé la actividad, encontrándome en la cancha con jugadores y amigos que conocía del fútbol. Estuve ese año en el senior y ahí conocí al ‘Pato’ Lamanna, quien en el 2012 me convenció de volver a atajar en primera división y me llevó a Calaveras. Ahí me di cuenta de que no estaba más para primera, que necesitaba tranquilizarme y divertirme más, y terminé retirándome definitivamente y volví al senior’.
El presente de Atlético
‘El club siempre se caracterizó por siempre tener un arquero, un defensor central, un volante y un delantero que hicieran la diferencia. Y después se salía a armar el resto del equipo. Si faltaba un ‘8’ o un lateral, después se iba a buscar eso.
Creo que hoy en día cuesta mucho más, sea por la cuestión que sea, y hay otros equipos que se refuerzan mejor.
Hace muchos años que no salimos campeones, y se nota que al club le hace falta un título. Hubo planteles que llegaron a finales y no tuvieron la suerte de poder coronar, como sucedió en 2015 y 2016, por ejemplo.
Creo que hay muy buenos jugadores, y espero que Atlético pueda volver a ser campeón lo antes posible’.
En Atlético Rivadavia en diferentes años.
Campeón con Independiente
‘En el 2001 había salido campeón con Atlético y poco después un dirigente me dijo que querían darle la oportunidad a los jóvenes que venían luchándola desde atrás, por lo cual no me iban a tener en cuenta.
Los dirigentes de Independiente me dijeron que me querían, el tema del pase a préstamo se resolvió rápido, y me fui a atajar allá. Yo tenía en claro que era un año clave, porque si no me iba bien era probable que el retiro estuviera cerca.
Con Carlos Tresén como director técnico el ‘rojo’ ya venía teniendo buenos resultados, pero no se le daba, y en ese año tuvimos la suerte de ser campeones. Éramos un equipo que luchaba con todo por recuperar la pelota y que cuando atacaba era muy efectivo’.
La final del 2002
‘La final se la ganamos a Atlético. Fue un partido muy raro para mí. Satisfactorio por lo logrado y por haberle demostrado a esa persona que no me quiso de que yo todavía estaba vigente, pero con un sabor extraño por ganarle al equipo del que soy hincha. De hecho no dí la vuelta olímpica, aunque sí aplaudí lo que habíamos logrado.
En ese momento me quedé charlando con algunos dirigentes del ‘albi’ y ahí mismo me dijeron que al año siguiente me querían de nuevo’.
El ídolo de Oscar Ustari
‘Cuando Oscar declaró que yo era su ídolo me pasaron un montón de cosas.
Lo conocí cuando él estaba en inferiores, era un chico flaco y alto que se acercaba siempre a saludarme porque yo jugaba en primera. Y la realidad es que veía eso como lo me pasaba a mí con Hugo Chiattelino: al ser más grande y estar atajando en primera, yo de chico quería ser como él.
Poco después, en una época en la que yo estaba bastante vago, el viernes a la noche o el sábado a la tarde iba a su casa y le decía: «mañana no voy a llegar porque tocamos con la banda, así que andá a la hora que están citados los chicos de reserva. Porque como yo no voy a estar, al arquero de tercera lo van a pasar a primera. Así que andá que te van a poner a vos». Y pasó varias veces eso, de que él iba sin estar citado y lo ponían.
Yo pienso que por muchas cosas como estas que hemos pasado, él dijo que soy su ídolo, más allá de que pudiera gustarle mi estilo como arquero o no’.
La relación con Oscar Ustari
‘Es una gran persona, y sé que viene de buena familia. Cuando él estaba en Independiente me invitaba a su casa y he ido varias veces. Me llevaba a ver entrenamientos, me dio la posibilidad de conocer a mi ídolo el ‘Mono’ Navarro Montoya, me ha regalado camisetas y guantes. Y le soy un total agradecido por todos los gestos que ha tenido conmigo.
Cuando está en América trato de no molestarlo. Me acerco 5 minutos a preguntarle cómo está, cómo anda su familia, y nada más. Siempre le voy a desear lo mejor, y estoy muy contento de que haya vuelto a atajar’.
Los ídolos. Figal declaró que Hugo Chiattelino fue su gran referente. Luego junto a Oscari Ustari, quien dijo que el ‘gato’ es su ídolo.
Las charlas de ‘Pepe’ Álvarez
‘Las charlas que te daba en la semana eran fundamentales. Él te hacía creer, te convencía, de que eras mejor que tu rival. Te iba trabajando desde el lunes y el domingo salías a la cancha convencido de que podías superar al otro’.
Cuerpo técnico
‘Cuando me llamó ‘Pepe’ Álvarez para sumarme a su cuerpo técnico no lo dudé, porque era por Atlético y para darle una mano a él. A su lado he aprendido mucho, porque sabía, tenía experiencia y leía los partidos a la perfección. Sabía cómo iba a jugar cada rival, te explicaba todo muy claro, y eso hacía que las cosas fueran más fáciles para los jugadores’.
El ‘gato’ junto a ‘Pepe’ Álvarez y Carlos Tresén. Álvarez lo dirigió en Atlético y luego lo integró a su cuerpo técnico. Con Tresén fueron compañeros en Giat de Berutti y campeones con Independiente de América.
Cambios generacionales
‘Antes había mucho más respeto de parte de los jóvenes hacia los mayores. Hoy en día eso se ha perdido y las cosas han cambiado mucho, tanto dentro como fuera de la cancha.
El vestuario es diferente a lo que era antes, hoy cualquiera le hace frente a cualquiera, y eso está a la vista. A muchos no les importa faltarle el respeto a un compañero o no escuchar a los más experimentados, entonces, si no tenés a alguien que sea una especia de guía dentro del grupo todo se complica’.
El fútbol de hoy
‘Hoy en día el fútbol es muy rápido. Antes podías frenar la pelota y pensar lo que ibas a hacer, en cambio, hoy en día recibiís la pelota y tenés a dos o tres encima, o la agarra un carrilero y capaz que termina chocándose el alambrado porque no frena nunca (risas).
Desde lo físico los equipos son muy fuertes, porque presionan constantemente y juegan con mucha intensidad. Pero también creo que eso hace que el juego sea mucho más impreciso’.
La música
‘Si me sacan la música, me sacan una gran parte de mi vida porque estoy desde los 14 años en esto. Pasé por diferentes bandas y siempre he disfrutado de esto. Ahora estoy con Facundo Lema haciendo folklore.
Si me está yendo mal por algo personal, necesito tocar para despejar mi cabeza. Es un cable a tierra’.
La música, una de sus grandes pasiones.
Sueños cumplidos
‘Yo de chico soñaba con llegar a la primera de Atlético y ser el capitán del equipo, y también salí campeón, así que cumplí mis sueños. También fui campeón con Giat y con Independiente. Yo soñé hasta acá, soñé que quería ser el arquero de Atlético y lo logré. Jamás me imaginé algo más arriba, es la verdad’.
En Calaveras de Pehuajó volvió a atajar en primera división luego de su retiro y un año en el fútbol senior. Permaneció una temporada y se retiró definitivamente.