Al finalizar el clásico de Tres Algarrobos, en medios de los festejos de Fútbol Club y de la desazón del «Sport», el árbitro de dicho encuentro no pasó un grato momento aunque por fortuna no pasó a mayores y él mismo contó lo que pasó.
Fútbol Club ganó mucho más que un partido de fútbol, no solamente porque era el clásico y en condición de visitante, sino que esa victoria le permitió quedarse con el Torneo Clausura.
Para Social fue más que perder un partido de fútbol, ya que cayó ante su eterno rival que terminó festejando en su propia casa.
En el entretiempo y en el final de encuentro se vivieron algunos momentos de tensión, con el referí olavarriense Marcos Palavecino en el centro de lo ocurrido, aunque claro, algunas versiones que no eran ciertas exageraban lo ocurrido. Ante eso, fue el propio juez quien habló en exclusiva con Fútbol del Oeste.
«Fue un clásico complicado, pero terminó todo bien. La verdad es que los jugadores se portaron excelente» fue lo primero que dijo el hombre que ha dirigido tres clásicos en lo que va de la temporada, para luego comenzar a detallar: «Después del pitazo final, cuando se consumó la victoria de los visitantes y dieron la vuelta olímpica en la cancha de los locales, había un par de sacados y como para salir no hay tunel ni manga tuvimos que pasar por donde estaba la gente. No fueron más de 5 personas las que empezaron a empujar, pero una vez que entramos al vestuario se terminó todo».
«Solamente fue ese tumulto, en el que me rajaron la camiseta, y después salimos sin ningún tipo de inconvenientes. La gente del club local se comportó excelente, recibimos un trato muy bueno» remarcó más tarde quien impartió justicia durante los 90 minutos jugados en cancha del «Sport».
En una crítica constructiva, el referí también remarcó que «sería bueno evitar que el árbitro y los jugadores tengan que pasar por donde está toda la gente, y más después de un clásico o de un partido trascendental como este».
«Yo estoy bien, no pasó nada, lo tomo como parte del fútbol. Reitero que de parte de los jugadores y de quienes forman parte del club recibí un trato excelente, lo que opacó todo fue el comportamiento de ese grupito de personas que no sé para qué va a la cancha» terminó diciendo el árbitro de 28 años, quien por fortuna no sufrió una agresión mayor y todo quedó en segundo plano.
Foto: Rogelio Hernández.