No hubo sanciones ejemplificadoras, y lamentablemente, parece que esta temporada no habrá lugar para eso. Otra vez hubo violencia y otra vez suspensiones leves.
Luego de dos fines de semana consecutivos con incidentes que ameritaban sanciones importantes, los fallos del Tribunal de Penas de la Liga del Oeste generaron mucha polémica. Este fin de semana se generaron nuevos conflictos, esta vez en dos partidos diferentes, y nuevamente las sanciones aplicadas dejan que desear.
Si un jugador da un golpe de puño a un rival, y a su vez es señalado como quien genera el conflicto, debe recibir una sanción mayor que los demás expulsados.
Si un jugador intenta o cruza un alambrado para pelearse con la hinchada del equipo rival, debe recibir una de las sanciones más altas.
Eso dice el reglamento, y también se entiende por sentido común y por una cuestión de criterios, básicamente. Lamentablemente, para el Tribunal de Penas de la Liga del Oeste esto no es así.
La cantidad de fechas aplicadas a algunos jugadores hasta puede tomarse de manera risueña o graciosa, lamentablemente.
Parece que ser expulsado por una situación de juego es igual que por algo antideportivo, y ni hablar si vamos a casos de mayor relevancia y de mayor violencia aplicada.
Pierde el fútbol, una vez más. Hubo ocasiones en las que los jugadores se han mostrado arrepentidos y preocupados por las sanciones que podían llegar a recibir. No pasa nada, hay vía libre…