Fútbol del Oeste

SILVIO BENAVÍDES: «LE HABÍA PROMETIDO A MI HIJO QUE IBA A JUGAR»

El futbolista oriundo de Colonia Seré decidió ponerle fin a su carrera. Con 31 años, Benavídes logró ganar el Extra de Sub 21 con el club del cual es hincha y colgó los botines.

«Este año fue muy bueno. Me hubiese gustado tener más minutos en primera, como a todo jugador, pero los directores técnicos que estuvieron también me explicaon que me necesitaban en Sub 21 para guiar a los más chicos y lo entendí. Mi prioridad era jugar y eso lo cumplí» comenzó diciendo quien alternó entre el primer equipo y la reserva del representativo de Colonia Seré.

En cuanto a la obtención del último título en juego del 2016, Silvio remarcó que «haber ganado el Extra fue espectacular, es un premio muy lindo para todos los pibes del pueblo porque ellos son el futuro de Los Once».

«Haber sido campeón con el club de mis amores, justo cuando me retiraba, fue muy especial» remarcó casi de inmediato, para posteriormente confesar: «Le había prometido a mi hijo que iba a jugar, porque él me había pedido que siguiera».

Cuando se le consultó por el motivo de su retiro, Benavídes contó la difícil situación que le tocó atravesar en el 2015: «Hace casi un año y medio falleció mi hijita Violeta por culpa de un maldito cáncer y ahí se me fueron las ganas de todo. En ese momento, mi familia y mis amigos me decían que siguiera, pero entrené un poco y a mitad de campeonato terminé dejando. Este año hablé con mi señora y mi hijo y ellos me convencieron de que estuviera este año, pero ya está, además mis piernas ya no aguantan todo el partido».

«Mi carrera fue muy linda. Debuté a los 18 en Los Once y fui campeón en tercera división en el 2003, pasé por Atlético Rivadavia cuando Los Once no entraron. Fueron muchos años disfrutando de este deporte que te deja muchos amigos, lo único que me faltó fue salir campeón en primera división con Los Once» contó más tarde, dejando de lado la triste y conmevodora historia que lo marcó a fuego, para volver a entusiasmarse con lo que fueron sus épocas con la ‘redonda’.

Además, quien nunca fue expulsado, aseguró que «uno sabe que adentro de la cancha puede discutir con un compañero o con un rival, pero termina el partido y eso queda ahí nomás. Se aprenden muchas cosas, y de grande uno tiene la posibilidad de transmitirle ciertas cosas que ha ido aprendido a los más chicos, eso es muy bueno porque te hace sentir importante y valorado».

«Los hinchas de Los Once son únicos. En la final llenaron la cancha como siempre y nos alentaron hasta el final, son una verdadera familia que apoya en todo momento» manifestó acerca de la parcialidad seresense, sabiendo que es una de las más seguidoras.

Finalmente, Silvio aprovechó la ocasión para «mandarle saludos a mi familia, amigos y conocidos. En especial a mi señora que me sigue siempre, a la comisión directiva que hizo un esfuerzo muy grande para poder participar este año, a mi hija, y a mi hijo Romeo que gritaba como loco cada vez que metía un gol».

Foto: Liliana Barrueco.

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