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A 30 AÑOS DEL FERRO – BOCA

Un día como hoy, pero hace 30 años atrás, el 26 de febrero de 1984, Ferro Carril Oeste de General Pico jugaba su segundo cotejo como local en el Nacional ni más ni menos que ante el Club Atlético Boca Juniors.

Los de Barrio Talleres ocuparon el Grupo A en aquel certamen, donde también se midieron con Talleres de Córdoba, que los derrotó por 3 a 2 y Newell’s Old Boys de Rosario.

Aquella tarde el partido terminó 0 a 0, dejando un sabor a triunfo en los locales que jamás se olvidarán del día en que el «xeneixe» pisó La Pampa.

Un dato extra es que Ferro finalizó aquel encuentro con un hombre menos debido a la expulsión de Jorge Ribolzi.

Con esa igualdad sin goles los de General Pico sumaron su primer punto en aquel legendario Nacional del ’84.

FORMACIONES
Ferro Carril Oeste Boca Juniors
Oscar López Hugo Orlando Gatti
Lencina Claudio Raúl Di Natale
Horacio Luna Sergio Américo Otero
Pablo Scamporrino Oscar Alfredo Ruggeri
Wagner Carlos Héctor Córdoba
Rúben Oscar Peracca Roberto Anibal Passucci
Jorge Ribolzi José Orlando Berta
Raúl Vicente Jorge Alberto Vázquez
Daniel Gómez Omar Rodolfo Porté
Víctor Nicollier Ricardo Alberto Gareca
Rito Fernández Carlos Alberto Mendoza
D.T.: José Aragonés. D.T.: Miguel Ángel López.
TABLA DE POSICIONES – GRUPO A – NACIONAL 1984
EQUIPO PJ PG PE PP GF GC DIF PTS
1 Newell’s Old Boys 6 3 2 1 9 8 +1 8
2 Talleres de Córdoba 6 3 1 2 14 11 +3 7
3 Boca Juniors 6 2 3 1 7 5 +2 7
4 Ferro Carril Oeste (General Pico) 6 0 2 4 6 12 -6 2

La anécdota más famosa de aquella calurosa e histórica tarde:

Antes de ganar todas las copas, del celular de Dios, del muletazo de Palermo, hubo una época en que la Bombonera no latía: temblaba por la clausura.
Una época en que la camiseta de Boca se tenía que transpirar pero los números de la azul y oro, pintados con marcador sobre la tela, se desteñían en pleno partido.
Una época en que Boca Juniors, gran campeón del balompié, peleaba los últimos puestos, estaba en bancarrota y sus presidentes se iban entre gallos y medianoche.
Sí, aunque suene a fábula para los que algunas veces se ponen apocalípticos ante un pase mal dado y lanzan rayos, centellas e hielos por un resultado adverso, Boca pasó por esto: fue en 1984 y el club parecía destinado a padecer las siete plagas de Egipto. Como si semejante castigo no fuera suficiente, Boca, además, sí, además, sufriría un gualicho…

Todo empezó la tarde del domingo 26 de febrero de aquel 1984. El Boca del «zurdo» López viajó a La Pampa para enfrentar a Ferro de General Pico, un humilde club fundado en 1934, que participaba por primera vez del Nacional. Ferro se había clasificado luego de ganarle en la final a Germinal de Rawson y, apremiados, sus dirigentes levantaron un estadio en apenas 120 días para poder jugar de local ante Boca. Lo llamaron «El Coloso del barrio Talleres» y en la inauguración tiraron la casa por la ventana: fuegos artificiales, tres paracaidistas haciendo piruetas y un cierre a todo trapo con Estela Raval.
Ahora, como aquel día de la inauguración, el estadio era una fiesta: enfrente estaba el Boca de Gatti, Ruggeri y Gareca. Más de 20 mil personas habían copado las tribunas para vivir esa jornada memorable.

Alberto Arias vive en La Pampa. En 1984 siguió la campaña de Ferro para la Radio LU37 de General Pico. Hoy recuerda: «Había una gran expectativa. ¡Te imaginás! Ferro jugaba nada más ni nada menos que ante Boca. Si vinieron Víctor Hugo, Niembro… ¡hasta Ante Garmaz viajó a verlo! El lío empezó cuando faltaba un rato para el arranque del partido y llegó la hinchada de Boca. Ahí se armó un gran revuelo. Entraron a los empujones y se cruzaron con los hinchas locales. Hubo encontronazos y corridas, y los de Boca les sacaron una bandera a los de Ferro. Era verde, con letras en blanco, y decía: »Ferro, Dios y tu hinchada están aquí». Si bien los de Boca se quedaron con la bandera, el incidente no pasó a mayores y pudo jugarse».

El partido terminó 0-0. Los de Boca lamentaron el punto perdido y los locales lo festejaron como un triunfo. La figura fue el arquero de Pico, Oscar López, que, oh casualidad, había jugado en Boca. Pero ahí no termina la historia… Recién empieza…

«Como los de Boca se llevaron la bandera —sigue Arias—, los dirigentes intentaron contactarse con gente del club para recuperarla. Pero no hubo respuesta. Y se empezó a correr el rumor de que los hinchas locales le habían hecho un maleficio a la bandera, una especie de gualicho o un pase magnético, como se le dice. Y la leyenda creció cuando Boca empezó con una terrible racha».

Gualicho mediante o no, lo cierto es que luego del incidente de la bandera, Boca sólo ganó dos partidos (contra Talleres 2-0 y el de vuelta ante el propio Ferro). Después quedó eliminado del Nacional y estuvo nueve fechas sin ganar (siendo una de las peores rachas de su historia, superada sólo por una de 1957, cuando fueron diez los partidos sin triunfos). Al «zurdo» López lo echaron y, luego del interinato Ernesto Grillo — Alberto González, asumió Dino Sani. Pero la mano no cambió. Fue tan pero tan triste la seguidilla que hasta Fernando Morena, el goleador uruguayo que con bombos y platillos había llegado para reemplazar a Gareca, terminó metiendo un solo gol y hasta erró un penal ante un jugador de campo; fue el 22 de abril del 84, Boca enfrentaba a Platense, el partido estaba 2-2 (Morena ya había hecho uno de penal) y, sobre la hora, a Boca le dieron otro tiro desde los doce pasos. La pelota la volvió a agarrar Morena, claro, pero enfrente ya no estaba Puentedura, el arquero del «calamar» había salido por lesión y, como a ese cuadro se le habían agotado los cambios, se calzó el buzo y los guantes el defensor Pablino López Turitich. Morena eligió la derecha, el defensor también. «Son tristezas que te tocan vivir. En esa época de Boca era imposible hacer una mejor campaña», recerdó Morena. Y por si esto fuera poco, tiempo después, la Dirección General de Justicia decretaría la intervención de la entidad.

Raúl Bertone, del diario La Reforma de Pico, cuenta: «Acá la historia de la bandera es famosa. Dicen que sí, que estaba engualichada y hasta se habla de que, enterados de esto, los dirigentes de Boca mandaron a La Pampa a un directivo para devolverla y terminar con la maldición. No sé si la devolvieron, acá la bandera no se vio nunca más. Eso sí, al partido siguiente la hinchada de Ferro ya había hecho una nueva bandera. Pero sin gualichos, jeje».

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