La expectativa por ver a dos de los punteros llevó a 550 personas a acercarse hasta la cancha de Atlético Ameghino. El frío y el viento desaconsejaban la visita, pero los equipos y la promesa de un partido atractivo pudieron más.
Arrancó mejor el local, presionó y se fue arriba con la velocidad y el despliegue de Lucas García. El joven blaquierense tomó la iniciativa, encaró y pasó cuando se lo propuso. Se mostró y habilitó a sus compañeros. En el mediocampo, Jesús Díaz y Julián Allen se repartieron la marca y Agustín Ferrero se corrió a la derecha para ser salida por ese sector.
De a poco se acomodó la visita y el Naranja perdió la pelota. Comenzaron, los dos, en la búsqueda por arriba. Así, el viento pasó a manejar la pelota. Imprecisos ambos equipos pareció que las emociones quedarían para otro día. Pero García volvió a las andadas, peleó una pelota por derecha, enganchó hacia el medio y metió un zurdazo que descolocó a Claudio Castillo. Era el 1 a 0 y otra vez el local fue por más.
Un ratito después probó Roberto Palacio con un tiro libre, la pelota pasó a todos y cuando entraba, Jorge Durán, el otro central del Naranja la sacó en la línea. Increíble pero real.
Enseguida, un par de errores en el fondo de Atlético Ameghino le permitieron al otro Atlético ponerse a tiro del empate. En cuatro minutos pasó de todo: un tiro en el travesaño, un manotazo de Adrián Azcona para sacarla al córner y un penal para la visita. La pena máxima la ejecutó Nahuel Álvarez y la pelota dio en el travesaño. Pasó la ráfaga de la visita y se terminó el primer tiempo.
En el complemento primó el pelotazo, y el viento, otra vez, agradecido. En el local se vio algo más de Ferrero y menos de García. El mediocampo quedó muy alejado de los delanteros y ninguno le encontró la vuelta.
De todas formas, y sin la fluidez que el equipo de Daniel Balmaceda puede tener, sí tuvo tres chances para aumentar. Palacio estrelló un tiro libre en el travesaño, García apareció solo por izquierda y remató desviado y Ferrero hizo lo mismo en la culminación de una linda jugada.
Suficiente para ganar podría decirse, pero no. Cuando en la crónica Naranja no aparecen los nombres de Sebastián Santos o Nicolás Martelli es porque algo faltó.
Y el juego que faltó en el local tampoco estuvo en la visita. Pero eso no les importó a los jugadores de la Academia. Aprovecharon una pelota parada para empatar. Agustín Barrios apareció solo por detrás de todos en un tiro libre y puso el 1 a 1.
Faltaban 15 minutos, entraron Raúl Gómez y Leonardo González pero poco pudieron hacer. Se enredaron en el trámite establecido y todo quedó igual.
Se fue con bronca el local, dos empates seguidos en partidos que pudo ganar, duelen. Más cuando el resto empata también: esos puntos se sentirán en el final. El próximo domingo se viene el clásico, el partido que todo pueblo espera.
