El joven de González Moreno que pasó a formar parte de Agropecuario de Carlos Casares, mantiene su perfil bajo y habla con mucha tranquilidad. Piensa en mejorar, en hacerse un lugar en su divisional y en seguir creciendo sin saltearse ningún eslabón de la cadena.
¿Cómo se dio tu llegada a Agropecuario de Carlos Casares?
La posibilidad surgió a través de un contacto de mi papá. Era el último día de entrenamientos de las inferiores de Agropecuario del 2017, pero me dijeron que vaya igual. Fui, me probé y cuando terminó la práctica me dijeron que el 29 de enero de este año tenía que presentarme para empezar la pretemporada.
¿Con qué te encontraste al llegar a Agropecuario?
Me encontré con un club que está muy bien formado y con muchos chicos nuevos que se están sumando, al igual que yo.
Si bien es una institución que está en plena formación, uno se da cuenta que apuntan a ser grandes. Hay un cuerpo técnico muy profesional y gente muy buena que está en el día a día para que a uno no le falte nada.
¿En cuanto al grupo, cómo te recibieron?
La verdad es que muy bien. Todavía nos estamos conociendo entre todos, pero se está armando un lindo grupo. Además, nos ayuda el tema de la convivencia.
¿Dónde te estás alojando en estos primeros días?
Por ahora estamos en un predio. Según nos comentaron vamos a estar acá un par de meses hasta que terminen la pensión y nos mudemos para allá.
¿A qué apuntás este año?
Ante todo, quiero seguir mejorando y afianzarme en el equipo. Si logro eso, podré pensar en subir de categoría y demás, pero no puedo saltearme ningún paso.
El hecho de jugar el campeonato de la B Nacional de A.F.A. también va a ser un desafío muy lindo. Tengo que estar preparado.
¿Qué balance hacés de tu paso por Mac Allister de Santa Rosa?
Ahí crecí mucho, tanto en lo futbolístico como también en lo personal. Fue un club que me ayudó mucho para llegar al lugar en el que estoy hoy.
En el cierre de la conversación, «Lalo» aprovechó para «decirle a los chicos que tienen la ilusión de jugar en un club de A.F.A. de que no bajen los brazos. No siempre llega el mejor, sino el que más insiste y lucha por lo que quiere. A veces la constancia puede más que el talento».
En el final, le agradeció «a mi familia por bancarme en el fútbol, porque elegí lo que me apasiona y ellos están ahí para apoyarme en todo momento».
