Mientras el implacable Juventud Unida sigue ganando y Sarmiento no le pierde pisada, Atlético dejó dos puntos en su casa.
La sensación de impotencia de jugadores e hinchas al final del partido, se correspondió con lo que ocurrió en la cancha del Naranja: un empate 2-2 ante los Tigres de Sauze que supo a poco.
El local propuso, lo buscó, sufrió dos goles, lo empató y lo pudo ganar. Pero los palos, el travesaño, la pericia del arquero visitante y la impericia propia también hacen su parte. Para simplificar, muchos hablan de suerte, o mala suerte, según convenga.
Atlético recuperó algunos nombres, algo de funcionamiento y fue más que Círculo Italiano. Pero sufrió con las pelotas paradas en contra, algo recurrente en lo que va del año. Aunque el primer gol de la visita, un misil teledirigido al ángulo, fue para aplaudir de pie, es cierto que las faltas cometidas cerca del área siempre conllevan un peligro. El segundo gol de los Tigres también vino a partir de un tiro libre. Siete días atrás, ante Sportivo, ocurrió algo similar. Y lo pagó caro.
Atlético buscó siempre, más por izquierda, con Alejandro Bottega y Sebastián Santos, que por otro lado. Círculo Italiano salió con tres en el fondo y pobló el medio, trató de salir prolijo y buscó a Hugo Gerbruers para lastimar.
Los dos arqueros tuvieron trabajo, aunque Adrián Azcona nada pudo hacer en el tiro libre con el que Iván Cufré puso el 1 a 0. Agustín Morales, por su parte, se lució ante Raúl Gómez primero y Nicolás Martelli después, y a la que no llegó, tuvo al travesaño como aliado.
Sin desesperarse por el gol en contra, siguió mejor Atlético, aunque abusó del centro largo y facilitó el trabajo de los defensores visitantes. Y, en un par de ocasiones, se descompensó en defensa y sufrió alguna contra.
En el complemento, una ráfaga de Atlético le dio tres chances a Santiago Foresi para empatar. Pero no estuvo fino el delantero y todo siguió igual. Hasta que, a los 17 minutos, Gerbruers asestó otro golpe: aprovechó un rebote de Azcona y puso el 2 a 0.
Allí, la visita se replegó y le dejó la pelota y los espacios al local. Daniel Balmaceda apuró los cambios, puso dos delanteros más, dejó tres atrás y siguió atacando. Martelli erró otro a los 28 minutos y enseguida descontó Gómez en una contra a toda velocidad. Un par de minutos más tarde Martelli tuvo otra y no falló: puso el 2 a 2 y todavía quedaba tiempo.
Pero el tiempo pasó y no llegó la victoria que hubiese mantenido la ilusión. Con el triunfo de Juventud y con 12 puntos por jugar, la punta está a 7 unidades. Demasiada distancia para un equipo que no define todo lo que genera y sufre con lo poco que lo atacan.
El próximo domingo el Naranja visita a Ingeniero White. Los de Banderaló, de irregular torneo, serán una buena medida para saber si se puede soñar con algo.
