
El rivadaviense Ignacio Gazzaniga escribió una reseña personal sobre lo que fue el año futbolístico, repasando lo acontecido en cada equipo, destacando hechos puntuales, marcando aciertos y errores, pensando en un 2016 con un desarrollo aún mejor.
Por Ignacio Gazzaniga
La temporada 2015 de la Liga del Oeste concluyó con un nuevo, pero conocido, campeón. Huracán es un ganador sumamente justo: fue el más regular durante todo el año, de hecho terminó en el 1º puesto de la tabla general, fue el que más partidos ganó, el que menos tantos recibió, el acumuló mayor diferencia de gol, y lo más importante: el que ganó la final, ni más ni menos que por segundo año consecutivo, reafirmando el gran trabajo de Vicente y sus dirigidos.
Huracán es un equipo que se muestra sólido y que da pelea siempre, con jugadores que en su mayoría han surgido de las divisiones inferiores del club.
Gran parte de su éxito se debe al gran goleador Sergio Luna, ya que el delantero convirtió 14 goles, incluyendo el de la final contra Atlético.
Otro pilar fundamental de este plantel fue su arquero, Juan Pablo Mazzetti, que ocupó el lugar vacante tras la partida de Pablo Del Potro, y terminó teniendo grandes participaciones en las definiciones por penales, atajando los tres remates para ganarle 3 – 0 a Social de González Moreno en la final del Apertura y deteniéndole uno al “Laucha” Giménez en la final de la temporada para ir a la serie desde los doce pasos.
Además, se repitieron actuaciones de gran calibre que ya son una constante, como las del defensor central Ignacio Erramouspe, lo realizado por el volante y capitán Gastón Regis, el enganche Juan Cruz Tondo, entre otros.
El subcampeón, Atlético, no fue tan regular como su vencedor en la final, pero demostró carácter para jugar los partidos importantes, algo a lo que el nuevo D.T., Paulo Tabasso, ya está acostumbrado. Luego de un Apertura flojo, el “albirrojo” se reforzó para el Clausura en dos puestos clave: el arco y el mediocampo. Para cuidar la valla que había dejado Hillcoat a principio de año llegó otro hombre experimentado: Antonio Carreras, que con sus virtudes y su personalidad demostró estar a la altura del puesto. En el mediocampo, apareció Ezequiel Soliño, un volante con trayectoria en el ascenso argentino, que hizo valer su experiencia y calidad a través de su panorama, su distribución, su capacidad de ubicación, y sobre todo, su pegada. La zurda de Soliño fue clave en el Clausura conquistado por el “albi”, de hecho fue el goleador del equipo en ese torneo y uno de los máximos asistidores. El otro refuerzo que había llegado, el centrodelantero Boris Reid, rindió mucho, sobre todo en los partidos trascendentales, siendo quién abriera la final del Clausura y convirtiéndose en la figura de la semifinal del año, con una asistencia y un golazo de media distancia). Además, volvió el zaguero Marcos Fuensalida, que demostró nuevamente que le sobra categoría, luego de un breve paso por Argentino de Tres Lomas. El resto del habitual equipo titular son jugadores de las inferiores del club que vienen demostrando carácter y talento desde hace años, como el “Laucha” Giménez, que es de lo mejor de la Liga, Martín que además de goles aporta una enorme cuota de sacrificio, Molina con su experiencia y su temple para ordenar el fondo, Palacio siendo uno de los jugadores más regulares de los últimos años, y Quiroga y Barrera que no solo pisan el área rival frecuentemente, sino que su trabajo por el carril también es clave cuando se defiende. Los más jóvenes, que hacen sus primeros pasos en primera, también tuvieron lugar: Gómez, Lo Bianco, Gonzalo Barrera, Echeverría, Lazarte, González, Gallo, por nombrar algunos.
Para continuar, llega el turno de Social de Tres Algarrobos. El “Sport”, campeón de la Liguilla, también sufrió en el Apertura, pero se compuso en la segunda parte del año: realizó un muy buen Clausura y campeonó en la Liguilla. Fue vital para esta remontada la contratación de un nuevo entrenador, con pasado en el club “rojo”: Rúben Peracca. El experimentado estratega supo llevar los hilos del equipo y así direccionarlo al plano principal de la Liga. Cabe destacar que luego del Apertura perdió a su goleador Axel Bertaina, que había aportado 7 tantos y al defensor central Miguel Urreaga. Ambos retornaron a Alvear Foot Ball Club.
En la Liguilla fueron determinantes Maximiliano Ustaris y Ramiro Peters, quienes convirtieron 3 tantos cada uno, César Peñaloza con su desequilibrio, y también el experimentado Germán Díaz, que se había sumado al plantel para el Clausura. Así, el equipo de Tres Algarrobos llegó a la semifinal de la temporada.
Gorra de Cuero, el otro representativo de Carlos Tejedor, realizó un Apertura flojo, pero en el Clausura comenzó a gran ritmo, cosechando 12 de los primeros 12 puntos en juego, y parecía que daría pelea, pero terminó desinflándose y cediendo terreno, a tal punto que quedó afuera del grupo de 6 equipos que ingresaron a la Liguilla.
Uno de los habituales animadores, Fútbol Club de Tres Algarrobos, este año no pudo cosechar títulos. En esta etapa de transición que atraviesa el “verde”, el plantel se vio disminuído en número y nombres, aunque esto no impidió que haga un excelente torneo Clausura, al cual llegó puntero hasta la última fecha, teniendo que disputarse el título con Atlético en un desempate disputado en cancha de Huracán.
Los del Pedro Tártara, que tuvieron a Pablo Medina como D.T. en la primera etapa y a Ezequiel Echeverría en la restante, volvieron a encontrar en Lucas Maldonado a un goleador infalible (anotó 18 tantos) y en Sebastián Santos, luego de su regreso de Cañuelas F.C., el juego que le había faltado en el torneo inicial.
El caso opuesto al de los tres equipos mencionados anteriormente fue Social de González Moreno, que realizó una brillante campaña en el Apertura, que se le escapó en el desempate con Huracán, y luego bajó su cosecha de puntos en el Clausura y la Liguilla. Esto se debió a la numerosa partida de jugadores que había contratado sólo para el Apertura: los hermanos Brian Cáser Cháves (goleador del Apertura con 10 conquistas) y Alan Cáser Cháves retornaron a Racing de Castex, Jorge Orellano volvió a Recreativo Larroudé, Martín Chiminelli a Alvear Foot Ball Club, y Víctor Pereyra emigró All Boys de Trenel. Entre ellos habían anotado 23 de los 25 goles del “canario” en el Apertura.
Una situación muy similar a la de Social le ocurrió a Los Once de Colonia Seré, con la salvedad de que los conducidos por Gustavo Rodríguez estuvieron exentos de las bajas masivas que sufrió el conjunto de González Moreno. En el torneo Apertura sorprendió a propios y extraños y culminó en la 4ª posición, pero en el Clausura no pudo repetir la campaña y terminó en el último lugar de la tabla, con 3 puntos, producto de solo una victoria y 8 derrotas, quedándose afuera de la Liguilla.
La gran revelación del año fue, sin dudas, Independiente de González Moreno. El “rojo” realizó una muy buena campaña en los dos primeros torneos, lo que le dio la posibilidad de disputar la Liguilla, en la que finalmente no pudo pelear bien arriba. Los dirigidos técnicamente por Carlos Necochea encontraron seguridad bajo los tres palos en Claudio Salomón, formaron una firme saga central con Pedernera – Ramos, Avanzatti le dio equilibrio en la mitad de la cancha, Bergés aportó juego, Arce los goles, y Gastón Santibáñez fue el que revolucionó al equipo con sus grandes actuaciones.
Además, vale la pena rescatar que los del Estadio Jardín siguen creciendo, ya que instalaron iluminación artificial en su cancha y aprovecharon la Liguilla para estrenar la misma.
Independiente de América fue otro de los que pasó por un período de transición. El “rojo” comenzó la construcción de su nuevo estadio, motivo por el cual no se pudo reforzar porque había abocado su presupuesto a la obra en cuestión, y tuvo que recurrir a muchos jóvenes de la cantera. Además, se desprendió de su principal figura, Ariel Hertel, quien durante el 2015 defendió la camiseta de Barrio Norte y perdió peso en la ofensiva. Los comandados por José Cifre hicieron buenos partidos, pero los resultados no acompañaron y la cantidad de puntos cosechados fue escasa.
Justamente Barrio Norte fue otro club que este año sufrió numerosos cambios: tuvo tres técnicos en dos torneos. A mediados del Apertura se marchó Peracca, que fue reemplazado por “Kuka” González, quien había realizado una brillante campaña con Atlético en el 2014. Pero González abandonó su cargo en el banco del “trula” cuando habían transcurrido pocas fechas del Clausura, y finalmente asumió Rúben Alzamora, que en las jornadas que estuvo al mando del equipo del Hermenegildo Nieto les dio lugar y rodaje a jóvenes de las inferiores como Pires, Moyano, Basualdo, Ferrer, entre otros.
De esta forma se terminó un año más para el fútbol de la Liga del Oeste, demostrando que cada vez es una competición más atractiva y pareja, y que esperamos repita los grandes momentos que se vivieron este año, como las dos finales que fueron necesarias para desempatar el Apertura y el Clausura, las definiciones por penales del Apertura y de la final de la temporada, y las grandes convocatorias de público que tuvieron determinados partidos.
Obviamente que hubo cosas que serán recordadas tristemente, como el fallecimiento de Máximo Gil, futbolista de la Sub 21 de Huracán de Carlos Tejedor, y también algunos inconvenientes que ocurrieron en algunos encuentros.
También hay cosas por mejorar, como el tema de la comunicación, ya que por ejemplo, la designación de los árbitros para la semifinal de la temporada en Atlético – Social (Tres Algarrobos) no se dio a conocer en Boletín Oficial porque el viernes, día en que debía emitirse el mismo, fue feriado nacional. Además, a ese cotejo la terna arbitral llegó sobre la hora y el inicio del partido se demoró unos minutos. Tampoco se contó con la presencia de un cuarto árbitro, algo que era necesario en un encuentro de tamaña relevancia.
Así se fue el 2015: con aciertos y errores, con partidos emocionantes y otros con poco brillo, pero ilusionándonos con un 2016 aún mejor, con más goles, más gambetas y más lujos, y menos patadas y rojas por el aire.
