La historia de la Liga del Oeste está repleta de hechos curiosos, y aquí les acercamos una nueva historia que tuvo lugar en 1970. La vez que los futbolistas del ‘celeste’ protestaron de una manera poco frecuente y el encuentro se dio por terminado.
El domingo 18 de octubre de 1970, en el estadio que actualmente lleva el nombre de Miguel Olarte, Jorge Newbery recibió la visita de Los Once de Colonia Seré en el marco de la última fecha de la temporada.
Para entonces, el lugar de cada uno en la tabla de posiciones ya estaba definido. Es que pese al resultado que se diera aquella tarde, los fortinenses terminarían en el último puesto, mientras que los de Colonia Seré quedarían como escoltas de Atlético Rivadavia, el flamante campeón.
Más allá de que en la previa parecía ser que este cotejo solamente contaría para la estadística, la realidad estuvo lejos de eso por la competencia que se vio sobre el terreno de juego y el desenlace que tuvo.
El primer tiempo finalizó 3 – 2 favorable a Los Once. Un doblete de Robles y un tanto de López le alcanzaban, de momento, para superar las dos definiciones de Alberto Cháves.
Pese a ser un partido muy disputado y friccionado, los jugadores del ‘celeste’ estaban muy disconformes con la actuación del árbitro por los fallos en jugadas determinadas y por la temprana expulsión de Torres cuando se jugaban apenas 18 minutos. Y se lo hicieron saber al término de los primeros 45 minutos… Y también en el inicio del complemento: llegó el silbatazo que dio la orden de inicio, Los Once contaron con la posesión del balón y de inmediato Sampayo marcó un nuevo gol ¡Porque los jugadores de Jorge Newbery estaban sentados!
Sí. Así fue. Los futbolistas del cuadro local, a modo de protesta, optaron por sentarse sobre el verde césped, dejando en claro cuál era su postura en medio de la situación en la que se entendían como perjudicados.
Ante este accionar, poco frecuente y aún más en aquella época, el referí dio por terminado el partido inmediatamente con el 4 – 2 en el marcador. Aunque claro, con lo acontecido en el campo de juego, el resultado pasó a segundo plano.
