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HÉCTOR “TITI” CHIATELLINO: “FUERON AÑOS DE MUCHA ALEGRÍA Y PASIÓN”

19 jóvenes futbolistas que vivían en el albergue del Club Atlético Rivadavia.

En una nota con este medio Héctor “Titi” Chiattellino habló de sus 21 años como dirigente del fútbol formativo de Atlético Rivadavia. “Todo lo que hicimos fue con el objetivo de crecer y sumar. En algún momento nos tuvimos que ir, pero siempre recordaré todo lo que logramos”.

Sus inicios
“Comencé a participar como padre de mis hijos, que comenzaron a jugar en inferiores en 1988. De a poco me fui involucrando y en algún momento quedé entre los dirigentes, pero la realidad es que nunca me lo planteé. Quizás fue porque me metí más, o porque tenía más tiempo. Lo que si puedo asegurar es que estábamos siempre abiertos a cualquiera que quisiera sumarse con una propuesta o a colaborar”.

Los viajes
“Íbamos a Congresos de fútbol mínimo tres veces por año. Queríamos a escuchar a la gente que sabía, referentes de las Selecciones juveniles y profesionales de todas las áreas para aprender y perfeccionar lo que hacíamos acá. Así comenzó lo del Mundialito en General Roca del que fuimos subsede varios años”.

La iluminación del estadio
“El Mundialito se jugaba en diciembre, por lo que necesitábamos sí o sí la iluminación de la cancha. En 1989 lo logramos con el esfuerzo de muchos padres y colaboradores. En aquel entonces nos costó unos USD$ 15.000, aunque a precio de hoy sería imposible de comparar por el tipo de cambio. Son las mismas que están puestas hoy en el estadio”.

Subsede del Mundialito
“Se jugaba en verano en cancha de Atlético. Cada vez que íbamos a General Roca nos decían que teníamos que organizar nuestro propio torneo. Por eso nosotros lo tomamos como la etapa previa para aprender lo que implicaba hacer un torneo de esa magnitud. Fue el paso previo donde fuimos ganando la experiencia necesaria para poder lograr el objetivo”.

Los Gurises
“Lo primero que nos planteamos fue no fallarle a los chicos que eran los verdaderos protagonistas, por eso trabajamos para que los finalistas se llevaran algo a su casa. Una copa es linda, se exhibe una semana en el club y después queda archivada y nadie recuerda de qué era. Por eso dábamos bicicletas, pelotas, camisetas y conjuntos para que cada niño tuviese su premio.
El campeonato se instaló rápidamente en la zona. Recuerdo que en una de las primeras ediciones tuvimos, entre las dos categorías, a equipos finalistas de provincias diferentes. Fue una etapa que recuerdo con mucha alegría”.

Atlético y el viaje a Portugal y al Mundialito “Cuna de Estrellas” en España
“Estuvimos en el único certamen internacional infantil avalado por FIFA en ese momento. Competimos con equipos como el Inter de Italia, el Spartak de Moscú, entre otros y logramos avanzar de ronda. Fue una experiencia bárbara”.

El albergue y el proyecto futbolístico
“A nosotros no nos interesaba ganar campeonatos o partidos circunstanciales. Lo que nos planteamos desde el primer momento era crecer, por eso uno de los objetivos era traer un técnico profesional que formara a nuestros técnicos locales y que profesionalizara la actividad en el club. Eso lo conseguimos con Sergio Carrizo y su equipo de trabajo”.

El pilar, con la placa que indica que la Escuela de Fútbol Infantil de Atlético Rivadavia lleva el nombre de Héctor ‘Titi’ Chiatellino. Se encontraba en el ingreso al predio del estadio César Menéndez. Años atrás fue removida y se cambió su ubicación.

El trabajo
“Lo que hacíamos era armar selectivos, traer chicos a vivir al club. El último año llegó a haber 22 jóvenes en nuestro albergue. Yo era el tutor de ellos en la escuela, y puedo asegurar que el que no estudiaba se tenía que ir del club, por lo que todos andaban mejor que en sus casas incluso.
A lo que apuntábamos era que el jugador diera el salto desde nuestro club a uno de una categoría superior, y que el día de mañana Atlético recibiera lo que le correspondía de cada pase por la formación. Era un proyecto totalmente viable y sostenible en el tiempo.
Algunos no lo saben pero Matías “Monito” Vargas fue a Europa con Atlético (fue elegido mejor jugador del Mundialito “Cuna de Estrellas” 2009.), Braian Guillé es otro chico que fue a ese viaje. Ellos iban a venir a vivir al club pero ese mismo año nos tuvimos que ir de la comisión directiva y todo se cortó.
Otro que hubiese pasado por acá es Maximiliano Meza, ex Independiente de Avellaneda, que es jugador de Sergio Carrizo, quien trabajaba con nosotros. Con estos nombres, más los que hubiésemos buscado, al club le podría haber quedado mucho dinero.
Quizás era una idea muy ambiciosa, pero era lo que soñábamos, y fuimos muy felices esos años que duró”.

La posibilidad de generar un proyecto similar en la actualidad
“La realidad es que lo veo cada vez más complejo. La situación económica seguro que ahora lo dificulta más. Nosotros empezamos en 1988 y recién en 2005 logramos el torneo propio y traer el cuerpo técnico profesional. Creo que hoy sería complicado hacerlo, sea en el club que sea, y habría que arrancar desde cero”.

Una de las categorías de Atlético Rivadavia en el estadio de Lanús.

Agradecimientos: Lucas Cortez, Joaquín Ochoa y Sebastián Pelleritti

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