
Ignacio Erramouspe y Sebastián Martín, los ‘profes’ encargados de organizar y llevar adelante el Torneo de Fútbol Infantil Maxi Gil Paredero, hablaron en exclusiva con Fútbol del Oeste acerca de lo ocurrido en la 2ª edición y también sobre el mensaje que se intenta transmitir a lo largo del certamen de verano.
¿Qué balance hacen de esta 2ª edición del Torneo Maxi Gil Paredero?
Ignacio Erramouspe: Superamos las expectativas en casi todos los aspectos. Hubo más participantes que en la primera edición y también compitieron equipos de otras localidades con todo lo que eso implica. En la jornada final hubo más de 400 espectadores, más los chicos que jugaban. Lo que más destaco es que se disfrutó de cada una de las jornadas, que es lo que buscábamos.
Sebastián Martín: El balance es positivo. Se incrementó la cantidad de equipos y de chicos que participaron, y se consolidó aún más la idea de lo que buscamos con este torneo, que es que los chicos puedan pasarla bien, entendiendo que esto es solamente un juego y no tienen que sentir presión alguna dentro de la cancha.
¿A qué se apunta con la organización de este torneo?
Ignacio Erramouspe: Principalmente, es un torneo para disfrutar entre amigos. Cuando vemos chicos en la calle que se empiezan a organizar para participar del torneo, siempre les aconsejamos que jueguen con sus amigos. Desde nuestra óptica, apuntamos a que sea un espacio donde se pueda jugar al fútbol sin ningún tipo de presión. Es algo que le cuesta tanto a los padres como a los chicos, por eso nuestra idea es poder cambiar de a poco esa mentalidad. Tratamos de remarcar continuamente que los niños deben disfrutar del juego en sí, y muchos lo han ido entendiendo, lo cual es muy gratificante.
Sebastián Martín: Como decía «Nacho», tratamos de quitarle la presión a los chicos. En las divisiones inferiores a veces uno ve que se viven momentos de tensión en repetidas oportunidades y eso no tiene sentido en chicos tan pequeños. Todavía tienen mucho por aprender.
Sin dudas que todo esto ha sido un éxito porque los chicos han jugado por más de 1 mes. ¿Cómo lo toman ustedes a eso?
Ignacio Erramouspe: Justamente ese es uno de los objetivos. Los chicos terminan de jugar con las divisiones inferiores en octubre/noviembre y hasta abril no vuelven a tener torneos, salvo algunos clubes que se organizan para viajar a algún lado. A eso hay que sumarle la gran cantidad de chicos que no forman parte de ningún club pero que también les gusta el fútbol. Entonces, que tengan un lugar para divertirse y disfrutar haciendo los que les gusta, a uno lo pone contento. Los padres nos lo agradecen y ese es un gran gesto.
Sebastián Martín: Nos pone muy contentos poder ayudarlos a que vivan el fútbol de esta manera. Ver las caras de felicidad de los nenes, sabiendo que durante el verano van a tener todas las semanas un lugar para jugar al fútbol con sus amigos, es impagable.
En lo personal también fue muy satisfactorio para nosotros, porque más allá de que andábamos a las corridas para poder hacer todo, disfrutamos muchísimo de cada jornada que se disputó.
¿Cómo se dividen los tiempos, porque hacen un poco de todo a la vez?
Ignacio Erramouspe: Sí, es cierto que hacemos todo nosotros y a veces andamos contra reloj, aunque en la organización nos ayudan muchos de nuestros amigos y eso nos salva porque de no ser así sería mucho más difícil llevar todo esto adelante.
En cuanto a los tiempos, vamos viendo. Nos dividimos las tareas en base a la disponibilidad horaria de cada uno, porque además del torneo cada uno tiene sus responsabilidades.
Sebastián Martín: Le dedicamos muchísimo tiempo al torneo. Primero buscamos los sponsors para poder solventarlo y luego realizamos la difusión. Durante el torneo marcamos y regamos la cancha, acomodamos las sillas para el público, hacemos de árbitros, editamos los videos para mostrar los goles y las atajadas, y nos encargamos de redactar las crónicas de cada fecha para publicar en las redes sociales. También confeccionamos los premios, grabamos los audios de las publicidades, y muchas cosas más que hacen que el campeonato salga de la mejor manera posible. Obviamente que todo esto se complementa con la ayuda de nuestros amigos que de manera desinteresada nos dan una mano.
Nos gusta hacer esto, lo disfrutamos, y cuando hay una amistad de por medio como es en nuestro caso, todo es mucho más llevadero.
¿Qué enseñanza les deja el Torneo Maxi Gil Paredero a ustedes?
Ignacio Erramouspe: Hay muchas cosas que uno se pone a pensar a medida que va transcurriendo el torneo, y una vez que finaliza sigue pensando en ciertas cuestiones. En cuanto al juego y a la vivencia de los chicos, después de verlos jugar, no me quedan dudas de que uno juega mejor y disfruta más cuando tiene a sus amigos al lado.
Mirándolo desde nuestro lado, el de los organizadores, ese también es un punto en común. El hecho de ser amigos con ‘Seba’ hace que todo sea mucho más fácil.
Respecto a la organización en sí, en el día a día uno va aprendiendo de los errores. Vivimos pensando en qué cosas corregir o mejorar para el torneo siguiente.
En relación a los adultos, tratamos de hablar con ellos para que dejen que el chico se libere y no esté pendiente a lo que ocurre afuera de la cancha por si le gritan algo o le dan alguna indicación.
Sebastián Martín: Nos enseña que el fútbol es un juego y que lo tenemos que tomar como tal en edades formativas. Otra enseñanza que nos deja es que cuando uno hace las cosas con pasión, siempre termina teniendo su recompensa. Nos hemos ganado el cariño de los chicos y el apoyo de los padres con el mensaje que transmitimos y eso es algo único.
Entre otras cosas, «Nacho» y «Seba» coincidieron en que «los chicos tienen que disfrutar de jugar al fútbol, o de la actividad que hagan, porque no hay nada más lindo que hacer por placer lo que a uno le gusta. Estamos seguros de que de esta edición se han llevado muchas amistades y recuerdos a futuro. Y a los padres, les repetimos lo mismo de siempre: tienen que dejar que sus hijos sean libres dentro del campo de juego».
«Estamos muy agradecidos con los padres por la confianza que nos brindan, porque el simple hecho de llevar a sus hijos quiere decir que nos están confiando parte de la formación de sus hijos y eso no es algo menor, por eso tomamos el Torneo Maxi Gil Paredero con mucha responsabilidad.
Obviamente que no nos podemos olvidar de agradecerle a nuestros amigos que nos dan una mano en todo momento y también a nuestras familias que nos bancan con todo esto» terminaron diciendo los encargados de que el certamen de fútbol infantil que ha culminado su 2ª edición haya sido un éxito, y dejando en claro que «en el 2018 intentaremos superar lo de este año».
